Este es el titulo muy sugerente del un estudio, que Coordinó el profesor Jaime Pérez Dávila, alumnos del Grupo 1701 de Opinión Pública, de la FES Acatlán, de la UNAM –ahora ya graduados, en su mayorÃa–, recién publicaron una espléndida investigación titulada Por qué vendo mi voto, misma que se convirtió en un libro que presentaron desde el pasado 23 de febrero del 2017, y este 2018 cobra una gran relevancia. Mucho se he discutido esta estrategia clientelar de los partidos polÃticos para la compra del voto.
Se me hacÃa mucho que a nadie se le ocurriera documentar este fenómeno, la pasada elección de estado de México es la más reciente prueba de estos mecanismos de compra del voto.
Este estudio según el gran demógrafo brasileño Josué de Castro decÃa: el mundo está dividido en dos, los que no comen y los que no duermen. Los primeros, presas del hambre y la miseria; los segundos, quienes no pueden conciliar el sueño, porque están poseÃdos por el miedo al asalto de los primeros. Una conclusión brutal, que creÃamos nunca Ãbamos a usar en el caso de México. Los que vimos la pelÃcula los juegos del hambre, algo similar ocurre en México.
Aparte de ellos, esta la clase media, estatificada entre la baja, media y alta. Esta se ha visto disminuida sustancialmente, y por último la casta de privilegiados del sistema, que va desde los que saltan todos los obstáculos de la estanflación pavorosa que padecemos, hasta más arriba, donde se encuentra el uno por ciento de la población, los que están en la cima de la pirámide, y ganan lo que quieren, hasta donde quieren.
Este trabajo me hizo recordar una experiencia, siendo funcionaria electoral una persona me pido ayuda para conformar un nuevo partido polÃtico y requerÃa de cierto número de firmas que respaldaran dicha petición, a lo que le sugerà que se contactara con algún partido polÃtico y les pudiera asesorÃa, entonces llego una de estas personas, y le dijo. Cuantas personas necesitas, serian como 200 en Mexicali, que tuvieran su credencial electoral vigente. Entonces le recomienda la lÃder social que es necesario que haga una comida, y haya bebida. Y tenÃa que pagarle aparte una cantidad de dinero. A lo que le pregunta porque le cobra, y -le responde la lÃder social- yo no voy a invitar a la gente a un evento donde llevan su credencial para votar, las afilian como integrantes del tu posible partido, y no ofrecerles nada a cambio, en este caso serÃa la comida y la bebida para los asistentes, y para la lÃder el pago en efectivo. Ahà entendà la compra y la coacción del voto. La pobreza extrema de la gente que es aprovechada por estas intermediarias polÃticas o gestoras sociales. Que a cambio de una comida y bebida dan su autorización para un nuevo partido polÃtico. Esto hoy se ha convertido en una variedad infinita de artÃculos.
Hace poco me toco estar en una reunión de una familia, donde varios integrantes eran de la tercera edad, y uno de ellos recomendó votar por el precandidato AMLO que propone 1,200 pesos mensuales, para todos los de la tercera edad, programa exitoso que diseño en la ciudad de México, este apoyo representarÃa al año 4,400 pesos al año, y se hicieron cuentas rápidas de que representarÃa 86,400 pesos en 6 años, a cada integrante y ellos eran como 12. Asà que su familia se beneficiaria en mucho con ello, de llegar AMLO. Asà si alguien vende su voto a otro partido o Coalición por 1,000 pesos estarÃa perdiendo 85,400 en el sexenio. Si la gente realmente se informara de la trayectoria de todos los candidatos, y sus propuestas México sin duda seria otro.
Vanessa González, integrante del Consejo Local del Instituto Nacional Electoral (INE) en el Estado de México, durante el pasado proceso propuso que notarios públicos acrediten la compra y coacción del voto mediante el reparto de tinacos, estufas, computadoras y hasta boletos de cine con todo y combo de palomitas y refresco. Sin embargo la propuesta de la consejera ni siquiera fue sometida a votación
Por ello esta próxima elección si vas a votar. Bien por ti. Votarás por primera vez, o por segunda o tercera, o ya eres veterano de las urnas. Pero hasta el dÃa mismo de la elección te asaltarán las preguntas: ¿para qué voto? ¿Quién me representará? ¿Da igual votar por uno o por otro? Y, lo más importante de todo: ¿votar me define como ciudadano?. Y quien tiene las mejores propuestas para mi, para mi familia y para México. Debo votar por esa persona. No porque me compra, sino porque nos conviene a todos.